Pasajeros debieron esperar hasta tres horas para volar; explicaciones confusas.
Demoras de hasta tres horas en los vuelos de Aerolíneas Argentinas y Austral, más de un centenar de pasajeros malhumorados, apretujados en el hall central, y explicaciones contradictorias. Ese fue el panorama que se vivió, ayer en el Aeroparque Jorge Newbery. La compañía aérea adujo que los retrasos se debieron a problemas gremiales e internos de la empresa. Sin embargo, una empleada aseguró que se intentó cumplir con la medida del juez Norberto Oyarbide, que anteayer ordenó que los aviones despeguen con una separación de al menos diez minutos entre sí hasta tanto los radares funcionen. Según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), ése es el tiempo necesario para asegurar la seguridad aérea cuando los radares no funcionan. Pero el jefe de Regiones Aéreas, la autoridad encargada de la aeronavegabilidad a nivel nacional, comandante José Antonio Alvarez, garantizó que los radares están funcionando y que la separación de diez minutos se está cumpliendo. La decisión del juez se basó sobre un informe de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, a cargo de Manuel Garrido, quien aseguró que, en base a sus propias observaciones, el tiempo de separación de diez minutos no se estaba cumpliendo. Ayer, en el Aeroparque, las pantallas mostraban vuelos de Aerolíneas Argentinas y Austral con una diferencia menor a la ordenada -17.20 a Mendoza, 17.25 a Montevideo y 17.30 a Mendoza- y con demoras de dos y tres horas. Desde la compañía aseguraron que los retrasos se originaron por problemas gremiales y técnicos. Además, dijeron no haber recibido ninguna notificación oficial respecto a la determinación judicial. "No nos comunicaron nada sobre la programación de emergencia", sostuvieron. Pero en el Aeroparque, en medio de las filas de pasajeros demorados, una supervisora de la empresa afirmó: "Estamos intentando cumplir con lo que ordenó el juez, y para eso debemos reprogramar todos los vuelos". A su vez, Alvarez aseveró que los tiempos de despegue se están respetando. "No es cierto lo que dijo el fiscal", señaló. Y aclaró que la medida es sólo para los vuelos que tienen un mismo destino. "Para el resto, son los controladores quienes lo establecen, hasta tanto el radar esté funcionando". Con respecto a ello, Alvarez aseguró que el radar ya está instalado y que empezará a funcionar en los próximos días. Los dos otros radares de apoyo se instalarán a mediados de julio y a principios de agosto. Entre tanta confusión, las pantallas con las partidas del Aeroparque estaban, ayer, al rojo vivo. Los pasajeros, que miraban los titilantes mensajes de "demorado" o "cancelado" al lado de cada vuelo, debieron sufrir nuevamente las demoras. "Tenía que viajar a las 18.50 a Mendoza. Recién hice el check in y me dijeron que no están confirmados ni el horario ni la puerta del vuelo", contó a LA NACION Marcela Cona. Hacia la noche, y después de una caótica tarde plagada de demoras y confusas explicaciones, el tránsito aéreo se normalizó y sólo unos pocos vuelos seguían retrasados.
Fuente: Clarin
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