El invierno es más cálido en Esquel
Mientras los deportes de nieve son la principal atracción, con precios bajos y ambiente familiar, la ciudad ofrece aventura, opciones culturales, un tren fascinante y buenos relatos para escuchar durante horas ESQUEL.- El paisaje puede ser hermoso, las actividades impactantes, pero al final de cuentas la mejor forma de conocer un lugar es vincularse con su gente. Siempre es así. Lo que importa son sus habitantes; si abren las puertas de sus casas, algo bueno tienen para contar, y si el mate no está frío, lavado ni demasiado caliente, la visita seguramente valdrá la pena. Y si todo se combina, como que el sitio esté rodeado de montañas nevadas y las pistas de esquí sean hermosas y accesibles, el viaje puede ser inigualable. Héctor Diocares hace honor a sus botas y sombrero con una primera gauchada. Se perdió una billetera en una larga cabalgata y él, como al pasar, dio su palabra: "Mañana iremos ida y vuelta por el mismo camino, hasta encontrarla", dijo unas horas antes de brindar, desde su celular, la noticia del hallazgo. En una ciudad de 35.000 habitantes, un solo caso no hace la regla, pero mucho menos la excepción. Las horas pasan y una onda cálida cautiva más allá del frío que congela. En la esquina, un auto se detiene y deja pasar al peatón. No debería sorprender, como tampoco que se repita en la esquina siguiente. Es una costumbre, aseguran, que aunque no todos respetan, se mantiene con los años, como muchas otras en este rincón de la cordillera chubutense, que quiere crecer con el turismo, pero no tanto como para que todo cambie. "No sea que crezca de golpe", opina la mayoría, que por ahora prefiere la construcción de pueblo a las típicas casas andinas, de madera y con techo a dos aguas, que hoy se distinguen en ciudades hermosas como San Martín de los Andes y Villa La Angostura. Esquel vive aún de la ganadería, pero el turismo asoma con fuerza y le quita cada vez más espacio al empleo público. En 2006, por ejemplo, había 2155 camas para los visitantes; hoy, son 2770. El esquí convoca multitudes y la incomparable Trochita funciona todo el año. Ni qué hablar del vecino Parque Nacional Los Alerces, a pleno en verano. "El recurso turístico se puede pensar a largo plazo. La mina, por ejemplo, era trabajo para hoy y hambre para mañana", explica un mozo, al mediodía, en relación con el polémico yacimiento que la ciudad rechazó en un plebiscito en 2003. El 81 por ciento dijo No, en una decisión que aún aparece en cada charla. Porque así como en Gualeguaychú habrá un antes y un después de la pelea por las pasteras, en estas tierras nadie parece quedar al margen de una discusión sobre la economía, la dignidad y el medio ambiente. Frío que motiva
El valle le da la espalda al sol, y por eso, básicamente, la nieve es muy buena en La Hoya. No se congela tanto y dura hasta octubre, de manera que el invierno esquiable se extiende hasta bien entrada la primavera. En una aerosilla cuádruple se llega hasta la base, a 1350 metros sobre el nivel del mar, que cuenta con una flamante guardería-escuela para los más pequeños, Chiquipark, como parte de la apuesta por mantener y fortalecer el ambiente familiar, que es lo que se busca y promueve. Los precios generales del centro no pasan inadvertidos en el contexto global: por ejemplo, mientras el pase para los medios de elevación en los centros más convocantes del país, en temporada alta, ronda los 120 pesos, aquí cuesta 65. Es otro estilo, tal vez más sencillo, de practicar los deportes de nieve, ideal para aquellos que le escapan a su lado más fashion o quieren acercarse a una actividad que, sin duda, puede ser fascinante: no es casual que tanta gente madrugue tantos días seguidos para volver cada mañana a los esquíes o la tabla de snowboard. Son 24 pistas, que confluyen, casi todas, en la base. Hay espacio para los distintos niveles y un renovado snow park , para los amantes de los saltos, con rampas y estructuras para deslizarse. Como en todo el país, crece aquí también el esquí fuera de pista . En algún día libre, o cuando el viento fuerte o una tormenta impiden la apertura de La Hoya, el invierno también invita a dar un paseo en La Trochita, antiguo y famoso tren de vapor de trocha angosta. Sus vías unen los 402 kilómetros entre Esquel e Ingeniero Jacobacci, pero es un tramo mucho más corto el previsto para los paseos desde esta ciudad. La excursión llega hasta la estación Nahuel Pan, a sólo 20 kilómetros, en un viaje de una hora que sube laderas y atraviesa paisajes hermosos. La formación ofrece primera y segunda clase, con 24 butacas acolchadas y 36 de madera, respectivamente. También hay un coche-bar, y las locomotoras, originales como todo el tren, son de 1922. En el destino se encuentra una comunidad mapuche, donde uno pueden visitar locales de artesanías y el Museo de Culturas Originarias, con elementos del pasado y el presente de esta etnia. Quienes se ocupan del recorrido son jóvenes de la misma comunidad. El interés por este tren, como el turismo, sigue creciendo. En el último verano llegó a salir hasta tres veces en un mismo día por la gran demanda. En alguno de esos paseos a pleno sol, los pasajeros pueden verse sorprendidos por el asalto al tren , una representación teatral que divierte a muchos, aunque no tan querida por algunos lugareños que consideran el paseo lo suficientemente encantador como para condimentos de este tipo. La formación es perseguida por maleantes , que saltan de sus caballos y suben a los techos y vagones. La primera vez que se organizó, cuentan, un turista alemán se asustó en serio, pero hoy casi todos saben de qué se trata. Y aunque no se anuncie la reprentación teatral, muchos visitantes directamente preguntan cuándo se hace. Entre las actividades más atractivas se encuentra la visita al bosque de lengas junto al río Percy, donde se puede disfrutar de caminatas sobre la nieve. Con raquetas de plástico, que se calzan sobre botas de preesquí, el camino se hace al andar entre largos árboles que engalanan esta región de la Patagonia. Mientras con el bastón se alcanza una profundidad de hasta un metro de nieve en polvo, con las raquetas uno camina como un pato, pero con facilidad y sin hundirse. Para disfrutar del atardecer entre montañas y machines, valles que acumulan agua en el fondo, nada mejor que una cabalgata por la nieve que termina con mate y tortas fritas.
Historias y ricas tortas
Un acierto de la Oficina de Turismo local es presentar con orgullo a las personas mayores del lugar, llevar hasta ellas a los visitantes, para que sus historias pueden reproducirse. Por eso, en los folletos uno encuentra, por ejemplo, la tumba del caballo Malacara, donde lo imperdible no es el sitio en sí donde está enterrado el animal, sino el relato de Clery Evans. La señora, nieta del baquiano John Daniel Evans, relata con pasión las aventuras de su abuelo, a quien el caballo sacó de apuros en más de una oportunidad, y de los galeses en esta región. Justamente, en Trevelin se puede conocer más de la cultura galesa y, sin dudarlo, tomar un clásico té de esa región. No se trata sólo de una merienda con riquísimas tortas caseras, sino también de un modo de degustación que constituye todo un ritual. Si hay lugares que merecen una visita, el raro y ecléctico museo lituano Olgbrun es de los que ofrecen gran calidez. Olga, de 67 años, es quien se ocupa personalmente de mostrar los objetos vinculados con esta cultura báltica, que ella tomó por adopción, gracias a su marido, Bruno Lukosevicius, de 68. De origen ítalo-francesa, la mujer había intentado primero hacer un museo de la cultura gala, pero no funcionó. Así que durante 15 años recolectó material lituano y estudió su cultura, hasta tal punto que ya recibió decenas de reconocimientos internacionales. Hay, por ejemplo, unos 2000 libros antiguos, entre las tres primeras salas y una recién inaugurada. "Ya no tenía lugar, así que le insistí a Bruno para que construyera una habitación más. Se quejó durante meses, pero terminó aceptando", cuenta Olga. Hoy la sala se llama, en serio, Sí querida . Antes de despedirse, el matrimonio muestra la producción de su granja orgánica, una de las tantas de Esquel. Hay conejo en escabeche, grosellas en almíbar, pickles de zanahoria. Después sí, el matrimonio acompaña a los visitantes, saluda desde la tranquera y regresa a la campiña, caminando de la mano como dos adolescentes.
Datos útiles
Cómo llegar * Desde Buenos Aires, el pasaje ida y vuelta de Aerolíneas Argentinas (lunes, miércoles y viernes): $ 985,68
Alojamiento * En temporada alta,hay hoteles de 110 a 190 pesos; hosterías, de 60 a 350; posadas, de 85 a 130. Los albergues por persona cuestan entre 22 y 30 pesos. En unidades de cuatro personas, se alquilan departamentos desde 100 pesos, casas desde 150 y apart hoteles desde 290.
La Hoya
* Medio de elevación : diario mayor, $ 65; menor, $ 46. Tres días, $ 184 y $ 130. Semanal, $ 253 y $ 356. Temporada promocional : diario mayor, $ 52; menor, $ 37. Tres días, $ 148 y $ 105. Semanal, $ 287 y $ 205.
* Alquiler de equipos : diario, $ 60; semanal, $ 327 (equipo Carving sup. completo). Temp. promocional : diario, $ 55; semanal, $ 300.
Más actividades
* La Trochita: hasta el 3/8, de lunes a sábado, a las 10. Después, tres veces por semana hasta el 1/9, $ 30.
* Parque Nacional Los Alerces: Villa Futalaufquen, (02945) 471015. www.parquesnacionales.gov.ar
* Cabalgatas: Los Alamos, ruta 259, km 7. (02945) 45-1791 / 15690498.
* Expediciones: Patagonia Aventura.
* Aventura: Limits Adventura.
En Internet: www.esquel.gov.ar
Fuente: La Nacion
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