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ESCAPADAS PILAR

e enjte, 30 gusht 2007


Aire puro y menú criollo

El restorán y granja Los Paraísos propone disfrutar de una jornada de campo con asado, folclore y buenos servicios.
A las 10 empiezan a ingresar los autos por el camino impecable de piedras blancas que se interna en la casa de campo Los Paraísos, ubicada en Pilar. Cada familia repite la secuencia: los niños corren divertidos por el campo y los adultos admiran el entorno, y van por el desayuno. La moderna construcción de grandes ventanales y el ingreso por el puente que atraviesa la pileta anticipan el cuidado diseño del interior. Un salón para 300 personas tiene mesas redondas con manteles y sillas blancas, que guardan entre sí distancia suficiente para garantizar comodidad. La puerta de la cocina está siempre abierta, para poder descubrir, al pasar, la limpieza de las flamantes instalaciones. Luego del café con leche con medialunas, el cuerpo pide una reposera para acomodarse, disfrutar del silencio y mirar el horizonte. Mientras tanto, no hay que preocuparse por los chicos. Deben estar corriendo a alguno de los doce pavos reales que pasean por el predio. Son tan mansos que responden a los silbidos y se acercan a la gente en busca de migas. Un perro ovejero se pone celoso hasta que también capta la atención de los más pequeños. Parece que la vida ha favorecido a las gallinas de este lugar: son de raza, gigantes, de plumas pomposas, brillantes y tornasoladas, viven en un espacio selecto y los fines de semana suelen ser mimadas por decenas de chicos. El asador criollo está en llamas desde temprano. "Lo mejor es hacer el asado bien despacio y con fuego moderado", afirma Claudio, el propietario de Los Paraísos. Las mesas están vestidas más de fiesta que de campo, pero resultan apropiadas para servir el asado de lujo. Todos esperan ansiosos el plato principal, tras las empanadas. Un grupo de alemanes aprueba con gestos mientras saborea el vacío. La cocina del crucero en el que llegaron a la Argentina debe ser de primer nivel, pero difícilmente alcance ese gusto único de las brasas. El postre llega con la música. Un show folclórico invita a levantarse y ocupar la pista. Es una buena oportunidad para aprender algún paso de danza autóctona. Por la tarde, los visitantes aprovechan para caminar y hacer la digestión. Se encuentran con una vaca Jersey y un simpático petiso. Más lejos, los caballos forman parte del paisaje. El casco de la estancia guarda un estilo colonial que se evidencia en el patio andaluz. Allí viven Claudio y su esposa, llegados hace unos años en busca de tranquilidad, agobiados por la vida en la ciudad. Disfrutan cuando se sientan a matear mirando el fuego del hogar, mientras charlan sobre algún casamiento a celebrarse en Los Paraísos. La finca es ideal para organizar eventos sociales y empresariales. Ofrece desde un helicóptero que deposita en el parque a los novios que eligen una entrada majestuosa hasta juegos inflables y pistas de patinaje sobre hielo. Nada aquí parece imposible. Al bajar el sol, llega la hora de partir y buscar a los niños en el campo, que juegan todavía en una casita de madera o escondidos entre las raíces gigantes de un árbol caído, que surge en medio del parque y decora el césped recién cortado.

Datos útiles e información

COMO LLEGAR. Desde Bs. As., por ruta 8 (Panamericana ramal Pilar); en el km 55, girar a la izquierda por calle 11 de Septiembre, cruzar las vías y seguir 3,5 km por ruta 28.
CUANTO

CUESTA. Desayuno, almuerzo, merienda y canilla libre de jugos, gaseosas y agua, $ 96; menores de 3 a 10 años, 50%.


Fuente: Clarin

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