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LUGARES ENCANTADOS DEL MUNDO

e premte, 31 gusht 2007


Elige tu maravilla

El mes pasado se conocieron las 7 Nuevas Maravillas del Mundo. Hubo más de cien millones de votantes en todo el planeta, pero ni la Unesco ni la OMT avalaron las designaciones. En estas páginas, el análisis de los especialistas y las obras que no alcanzaron el lauro.
Todos las recordamos. Todos los que en los primeros años de la adolescencia tuvimos una profesora de historia. En el siglo V aC., Heródoto, un incansable viajero, habría sido el primero en confeccionar una suerte de lista tentativa de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, aunque fue finalmente Filón de Bizancio quien, 300 años después, elaboró La colección de monumentos más grandiosos del mundo, un volumen destruido durante el incendio de la mítica Biblioteca de Alejandría. Desde el 7 de julio de 2007, el mundo cuenta con siete nuevas maravillas. El proceso de selección y elección comenzó con una iniciativa del suizo Bernard Weber, un cineasta y explorador que desarrolló la Fundación 7 Nuevas Maravillas. La base de la selección fueron 630 "lugares monumentales", custodiados por la Unesco, a los que se agregaron otros 8 elegidos por el público. De esa lista, quedaron primero 77 y luego 21 sitios, votados por la gente en la página www.new7wonders.com y por teléfono. La supervisión de la elección de los lugares seleccionados estuvo a cargo del español Federico Mayor Zaragoza, un ex director general de la Unesco. Sin embargo, en esta instancia, ni la Unesco ni la Organización Mundial del Turismo (OMT) avalaron formalmente la campaña de Weber, aunque la OMT, en un comunicado, destacó el "valor promocional" que esta elección tendrá sobre los lugares elegidos, pero advirtió sobre el "impacto ambiental". Tanto en Machu Picchu como en el Taj Mahal se estudia aplicar el ingreso por cupos y, en el primer caso, un aumento del precio de las entradas. Una encuesta realizada online por Viajes, publicada el 22 de julio, indicaba que el 66 por ciento de los votantes no está de acuerdo con las siete nuevas maravillas, mientras que el 34 por ciento sí lo está. Lo recaudado en el proceso de votación -quienes querían un diploma que los certificaba como votantes debían pagar 2 dólares con tarjeta de crédito-, según el proyecto inicial de Weber, será destinado a la reconstrucción de los budas gigantes de Bamiyán, Afganistán, destruidos por los talibán en marzo de 2001. Las 7 nuevas maravillas del mundo, votadas por más de 100 millones de personas de todo el planeta, se anunciaron el pasado 7 de julio, en Lisboa, Portugal, con un gran show. Hasta aquí los antecedentes, la historia conocida de una elección que generó tantas expectativas como interrogantes. Imagínense: con las únicas condiciones de haber sido creados durante los dos últimos milenios y tener un cierto grado de conservación o, al menos, mantener una buena parte en pie, los países en los que se asientan las nuevas 7 maravillas del mundo, comparten cartel con, por ejemplo, los jardines de Babilonia o el Coloso de Rodas. "Con todo respeto, no se me ocurre comparar la Plaza de Mayo con el Vaticano, como tampoco el Faro de Alejandría con el Cristo Redentor", apunta Julián Gallo, consultor de medios interactivos. Y si se le pregunta qué pesó en los votantes a la hora de elegir, dice: "Nadie puede saberlo. A la hora de suponer me inclino por motivaciones chauvinistas o experiencias personales". Experto en Gestión y Planificación Turística, Gustavo Capece dice que "los viajes, al igual que todos los consumos, a excepción quizá de algunos muy técnicos y específicos, tienen un componente simbólico sustancial". Y agrega: "El título de nueva maravilla hace estos lugares más visibles, más reconocibles. Es como una nueva marca". Un modo posible de entender por qué se eligieron siete y no seis o diez. De todos modos, las maravillas son, finalmente, ocho, porque también figura como "miembro honorario" la pirámide de Giza, en Egipto, la única de las antiguas que resistió al tiempo. El licenciado Alberto Wilensky, especialista y consultor en estrategias de marketing, opina que "sin dudas es una marca, de alguna manera ocupa el lugar de una marca premium, porque sería como el top' de los destinos a nivel mundial. De la enorme oferta de lugares turísticos, estos siete son los extraordinarios. Ahora, el hecho de crear' las nuevas siete maravillas, me parece interesante en términos de que hay un mercado de turistas que ya conocieron los lugares donde estuvieron las de la Antigüedad y ahora hay que conocer las nuevas. No sólo se pone, en juego la "obligación" de visitar las nuevas maravillas y cumplir con el decálogo del buen turista. Es innegable que en la denominación hay una más que importante carga simbólica. "Esta elección puede ser vista como una operación comercial vinculada al fuerte incremento del f lujo turístico, que se dará, pero también es cierto que no se puede inventar algo de la nada", dice Wilensky". En su libro "El viaje imposible" el antropólogo francés Marc Augé asegura: "Urbanistas, arquitectos, artistas y poetas deberían cobrar conciencia del hecho de que la suerte de todos ellos está ligada y de que su materia prima es la misma. Sin lo imaginario ya no habrá ciudad y viceversa". Así, podría pensarse, sin lo imaginario, ¿qué quedaría de las siete maravillas, las antiguas o las nuevas? Lo imaginario: bien podría ser ese el argumento de quienes votaron. Entonces, ¿qué pesó a la hora de elegir? "Es la lógica del deseo, del deseo por lo que no se tiene. El pasado remoto es un claro ejemplo de lo que no se tiene ni se volverá a tener. Sitios, que se transforman en aliosos por lo irrepetibles", piensa Wilensky. "La elección del número siete no es casual, nos lleva a una comparación inmediata. No se tom ó un solo parámetro, sino varios, entre ellos la belleza", dice el licenciado Alejandro Gavric, decano de la carrera de Turismo de la Universidad de Morón. "En definitiva, estamos hablando de 'atractivos', lo de 'maravilloso' no es más que una apreciación subjetiva lograda por la impresión de los sentidos o la simple percepción. Un atractivo es tal cuando merece ser visitado, aunque no todas las culturas lo ven de la misma manera", agrega. Vía Internet o por teléfono, la cantidad de votos registrados habla de un interés nada desdeñable. "En términos identitarios, implica un reconocimiento mayor a componentes del pasado de unpaís. Una valoración distinta, y, también, un reconocimiento a que son parte de una cultura compartible, sin que por eso pierdan su 'efecto territorial'. Es decir, las 7 maravillas se vuelven universales, pero son y están en un lugar preciso e inmodificable", apunta Gustavo Capece. Esta elección no trae premios ni consideraciones especiales, como sí ocurre cuando un sitio pasa a integrar la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Dice Julián Gallo: "Esta no es una selección realizada por eruditos. La multitudinaria participación no le da verdadera autoridad a la selección. Por lo tanto, que millones de personas no pudieran votar, tampoco le quita autoridad". En "El libro de las ciudades", el escritor Guillermo Cabrera Infante sostiene: "La arquitectura, aparte de unos pocos libros, es la única forma de historia posible (...) Un edificio vale más que mil palabras porque es una imagen dura que dura".

Fuente: Clarin

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