Valle de Punilla, la comarca de los sueños
A 35 km de la ciudad de Córdoba, esta región es una cautivante mezcla de sierras, arroyos y pueblos. A 35 kilómetros de la ciudad de Córdoba, el Valle de Punilla ofrece una combinación única de sierras y arroyos cristalinos. Desde Villa Carlos Paz hasta La Cumbre, todo el encanto de un paraíso con tradición turística. La autopista se interna con timidez en las Sierras Chicas de Córdoba. Al abrir las ventanillas del auto, la brisa que llega de estos parajes soleados trae aromas de poleo y verbena. De pronto, a la derecha, la aparición del inmenso lago San Roque anuncia que hemos llegado a Villa Carlos Paz, la puerta de entrada por el sur del mítico Valle de Punilla. En esta ciudad que se inventó a sí misma (desde el dique que dio origen al lago hasta una propuesta turística vigente las 24 horas), todos los caminos conducen al agua, epicentro y motivo de la vida social. Con las primeras luces del día las embarcaciones comienzan a surcar sus aguas espejadas y siempre es buen momento para navegar, practicar windsurf o simplemente detener el bote y ver pasar las horas mientras se espera que pique un pejerrey. Desde allí continúa la ruta 38, fiel al trazado del valle. Antes de seguir, vale la pena detenerse en el espectáculo del paredón y el gran embudo que escurre las aguas del dique San Roque. Esta obra imponente reemplazó a la original, ideada a fines del siglo XIX por Carlos Cassafoust y Juan Bialet Massé. Más de 100 años después la leyenda sigue vigente: a un costado de la ruta, el original del horno de cales "El Argentino" rinde homenaje a los esfuerzos de los dos emprendedores. También indica que hemos llegado a la localidad donde vivió Bialet Massé y que hoy lleva su nombre. "No se vayan sin visitar el Despeñadero", recomiendan los lugareños. Y razón no les falta: el mirador ofrece una de las vistas más lindas del valle, en la que las sierras chicas custodian el río Cosquín, que a su vez corre socavado en barrancas donde construyen sus nidos los horneros. La conversación discurre a la sombra de unos espinillos, pero enseguida el paisaje invita. Barranca abajo, los pasos llevan hasta el río. Zapatos afuera y ya los pies sienten el frío del agua cristalina. Dos chicos se acercan con la gran noticia: "¡Algo brilla en el fondo!". Mientras vienen a la memoria antiguas leyendas de buscadores de oro y plata, la mano tantea el lecho y, al salir del agua, trae brillantes pedacitos de mica. Con rumbo norte, la ruta cruza ahora la ciudad de Cosquín (cabecera departamental y sede de los festivales de folclore y rock) y deja atrás el cerro Pan de Azúcar. La siguiente parada es Valle Hermoso, donde el arroyo Vaquerías sorprende con los saltos naturales que se forman en el relieve de las sierras: a la cascada del dique, siguen la Garganta del Diablo y la Cascada de los Helechos, en un camino rodeado de bosques de molle y cocos. El recorrido sigue en dirección a La Falda. Enclavada en el medio del valle, esta localidad se recuesta orgullosa sobre la ladera de las sierras chicas. Contra el fondo verde de las serranías, el campanario de la Parroquia del Santísimo Sacramento anticipa el encanto de esta villa en la que la hermosura del paisaje serrano compite con la de una arquitectura señorial. El secreto está en seguir la avenida Edén, que serpentea por el barrio residencial del mismo nombre y termina a las puertas del legendario Hotel. Meca del turismo más lujoso de los primeros años del siglo XX, no hay un habitante en La Falda que no pueda mencionar por lo menos un par de visitantes célebres de esa época (entre otros, Albert Einstein y Rubén Darío). La fachada del hotel Edén guarda recuerdos de ese lujo, pero también de largas épocas de abandono que los actuales proyectos de renovación recién intentan compensar. Hacia el norte
Desde allí se puede visitar La Laguna de los Patos (formada sobre el antiguo abrevadero de caballos del establecimiento) y, al término de la avenida, la cuesta del cerro El Cuadrado. El sendero conduce hasta el Balcón de las Nubes, otro de los imponentes miradores de Punilla. Abajo, los tejados de La Falda brillan bajo el sol de la tarde. Siempre hacia el norte, el camino atraviesa Huerta Grande y Villa Giardino, hasta llegar por fin a La Cumbre, una villa de casas inglesas famosa entre los golfistas por su cancha al pie de las sierras. El clima ayuda a decidir el programa del día: para las tardes de calor están las orillas del río San Jerónimo. En cambio, los días de frío se pasan mejor frente a un chocolate caliente con alfajores serranos o bien unas tostadas con los dulces de peras e higos y la jalea de membrillo que fabrican en la Estancia El Rosario. Hoy, sin embargo, el cielo está hermoso y corre un viento muy prometedor. El auto deja la ruta para atravesar la Pampa de Cuchi Corral. En pocos minutos, el camino llega a lo alto del cerro, donde un grupo de afortunados se prepara para su vuelo de bautismo en parapente. "¿Saben para qué sirve?", pregunta el instructor mientras señala una base de cemento al borde del precipicio. "Es todo lo que necesitamos ahora", agrega una vez que los arneses y los paracaídas de emergencia fueron colocados. Una carrera de pocos pasos por la rampa y de a uno los parapentistas se elevan por sobre el vacío que termina allá abajo, en el caminito azul del río Pinto. Más adelante, será tiempo de volver al asfalto para continuar rumbo a Capilla del Monte, extremo norte del valle, donde espera un ascenso al misterioso cerro Uritorco. Pero ahora el abismo verde a nuestros pies promete la aventura más increíble: Punilla desde el aire ¿Acaso hay una forma mejor de terminar el día?
Imperdibles
"Cada uno viene a ver tocar a su artista y se va con un montón de música nueva en la cabeza." Así se refiere Santiago al Festival de Folclore que desde 1961 tiene lugar todos los años en la Plaza Próspero Molina de Cosquín. Santiago atiende un quiosco en el centro de la ciudad y siempre espera la última quincena de enero para ver al Chaqueño Palavecino y, de paso, vender como en ninguna otra época del año. Desde 2001, Cosquín también es sede del Festival Nacional de rock. La edición 2008 tendrá lugar desde el 8 al 10 de febrero, en el predio de la comuna de San Roque y, seguramente, como en años anteriores, estarán presentes los grandes nombres del rock. Pero, sin dudas, el evento que atrae mayor cantidad de público es el Rally de Argentina, única fecha sudamericana del Campeonato Mundial. Con base en Carlos Paz, se extiende por los valles de Punilla, Calamuchita y Traslasierra y convoca cada año a miles de fanáticos (1.200.000 en cuatro días de competencia, según indican las cifras de este año), que acampan a la vera del camino para ver pasar a su piloto favorito. La próxima edición tendrá lugar entre fines de marzo y principios de abril de 2008. Eso sí: si no se es amante de la actividad o de las multitudes, conviene abstenerse de ir a Punilla esos días, cuanto la tranquilidad de las sierras deja paso al fervor que provoca el automovilismo.
Datos útiles
COMO LLEGAR. Aerolíneas tiene 61 vuelos semanales entre Buenos Aires y Córdoba: ida y vta. c/imp., desde $ 436. LAN, 2 frecuencias diarias, desde $ 300. De Bs. As. a Carlos Paz son 748 km, por ruta 9 (Panamericana ramal Escobar) hasta Córdoba capital y ruta 20. Desde ahí hasta el extremo norte del Valle de Punilla, 75 km por ruta 38. DONDE ALOJARSE. Habitación doble en hotel 4 estrellas de La Falda, $ 190 aprox.; 3 estrellas, $ 110 a $ 170; 2 estrellas, $ 50 a $ 100. Aparts y cabañas para dos, entre $ 80 y $ 220. Casa de Córdoba en Buenos Aires: Callao 332, 4373-4277; (0351) 434-260/64. agencia.turismo@cba.gov.ar www.vallepunilla.com.ar
Fuente: Calrin
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