En las grandes urbes, cómo son los viajes, cuánto cuestan y todo lo que hay que saber. Todo viajero sabe lo que es llegar al aeropuerto de una gran ciudad desconocida y abordar un taxi: puro desconcierto. A continuación, y a modo de guía, cómo es el viaje y cuánto cuesta, de la terminal aérea al Centro en las diez grandes ciudades turísticas del mundo. Heathrow, en Londres, en sus cuatro terminales (y una quinta en construcción), recibe vuelos de 90 líneas aéreas. El viaje en un clásico Cab negro para llegar a la torre de Londres cuesta entre 40 y 60 libras esterlinas. El tránsito por la autopista es arduo y se tarda entre 30 minutos y una hora, sin atascamientos imprevistos. Si no se habla inglés británico, conviene llevar escrita la dirección. El chofer será tan amable y servicial como distante y discreto. Otra opción, más rápida, es el tren Heathrow Express, que sale desde las 5 hasta las 23.30 y tarda de 15 a 20 minutos al Centro. En Nueva York, desde el aeropuerto John Kennedy hasta Manhattan el viaje cuesta 45 dólares, más los peajes y un 15 por ciento en concepto de propina. Desde los aeropuertos de La Guardia y Newark, el viaje costará 35 y 55 dólares (sin peajes ni propinas), respectivamente. Atravesar el puente de Brooklyn en un amarillo Taxicab neoyorquino será como estar en el sofá de casa mirando una eterna película. Las autopistas suelen estar cargadas; un viaje hasta el corazón de la Gran Manzana pude durar de 25 minutos a una hora. En la calle, un taxi esta libre cuando tiene la luz blanca que resalta el número encendida en el techo. Los taxis amarillos están autorizados a tomar pasajeros sin cita previa. En Madrid, en cambio, reinan los Mercedes Benz, de baúles extra large. El precio del viaje hasta la Gran Vía -tomando la M-30, una suerte de General Paz de avanzada- oscilará entre 25 y 30 euros, dependiendo de que sea día o noche. El taxista entregará un ticket con hora, fecha, importe y detalle del recorrido exacto. Los choferes madrileños son educados y profesionales; no entran fácil en confianza. Para los que viajan con poco equipaje, económico y rápido resulta el metro, que tiene su estación en Barajas: el viaje cuesta un euro. Los choferes de Lisboa son correctos y tienen oficio; igual, y aunque los autos cuentan con taxímetro, conviene preguntar, en la oficina de turismo oficial del aeropuerto, el precio estimado del viaje. Desde la terminal de Portela hasta la céntrica Plaza Márquez de Pombal, el viaje cuesta 13 euros, más 1,60 por el equipaje. México DF es, se sabe, una de las capitales más populosas del mundo. Su tránsito suele ser infernal. Para tomar un taxi, el único modo de salir del aeropuerto, hay que tener en cuenta las horas pico, que son de 7 a 10, de 13 a 16 y de 19 a 21. El costo del viaje para llegar a la Zona Rosa o a Polanco, donde están los hoteles, está entre los 15 y los 20 dólares, y el trayecto demora entre 20 y 40 minutos, dependiendo de la hora. Los autos son en general modernos, y los conductores, correctos. Los taxis en el aeropuerto Galeão de Río de Janeiro son de diferentes colores: depende de la cooperativa a la que pertenezcan. A la zona sur (Copacabana) el viaje cuesta unos 72 reales y dura entre 20 y 45 minutos. Los taxis llevan hasta cuatro pasajeros y conviene tener a mano la dirección exacta y conocer el recorrido en detalle antes de subir al auto. Los franceses -y en particular los parisinos- tienen fama de ser poco hospitalarios. Los choferes de taxi en París no escapan a la regla. Más allá de los humores, el viaje del Charles De Gaulle al Centro cuesta 40 euros. Los taxis de Moscú son un problema: pocos tienen carteles de referencia y hay que arreglársela con los choferes para pactar un precio más o menos justo. El taxista puede decidir hablar el más rústico de los rusos por conveniencia y sólo proferir la frase mágica: one hundred dollar. Lo bueno es que las autopistas y avenidas moscovitas son amplias y el tránsito suele ser liviano. Un viaje al Centro lleva 20 minutos. En Roma, desde Fiumichino (a 32 km del Centro) hasta la plaza España, el viaje en taxi cuesta unos 40 euros (más adicionales por equipaje) y demora entre 30 y 45 minutos, según la hora. También se puede tomar el Leonardo Express, un servicio de trenes de alta velocidad que llega en 35 minutos a la estación Roma Termini (pleno Centro). Cuesta 10 euros. La moderna Berlín tiene también su tránsito, aunque el sistema de autopistas es ágil: desde el aeropuerto -donde uno podría quedarse a vivir- al Centro se tarda media hora y el viaje cuesta 25 euros, más un adicional de un euro por equipaje. No hace falta hablar de la comodidad y el lujo de los autos alemanes. Los choferes, hipercorrectos, imperturbables, un placer.
Fuente: Clarin
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