Península Valdés, natural y en primer plano
Las ballenas hacen lo suyo, por supuesto; pero el paquete incluye mucho más: pingüinos, orcas, lobos y elefantes marinos
La Península Valdés y el nordeste de Chubut son un paraíso que ofrece paisajes sorprendentes, avistamiento de fauna al alcance de la mano, deportes náuticos y turismo cultural, con museos de gran relevancia.
Conocida en el mundo, no deja sin embargo de deparar sorpresas. La Península Valdés, que define con su típica saliente el paisaje de la costa patagónica, es una de las regiones turísticas más completas del país. Entre mares y muros, entre las leyendas de su pasado y las promesas de su futuro, la península y sus alrededores siempre tienen un buen motivo que invita a conocerlos o volver a visitarlos. Si bien la mayoría de los turistas opta por Puerto Madryn o Trelew como base para su visita de la región, Puerto Pirámides, prácticamente en medio de la Península de Valdés, es una alternativa muy interesante. El pequeño pueblo, apenas un puñado de casas protegidas por una hondura de la meseta a orillas del golfo, creció en servicios en los últimos años sin perder su aspecto de asentamiento de pioneros. De ahí salen los barcos para avistar ballenas entre mayo y diciembre.
Por ahí pasan las rutas de ripio que recorren la península y permiten avistar guanacos y ñandúes, llegando hasta las reservas naturales y apostaderos de elefantes marinos de Punta Cantor y Punta Delgada. La extraordinaria diversidad biológica en esta porción de la costa atlántica se abre en un abanico de propuestas, que cambian con cada estación y cada lugar.
La península misma está llena de curiosidades geográficas que la convierten en una auténtica caja de sorpresas. Una de las primeras es el istmo Ameghino, este estrecho brazo de tierra que impide que Valdés sea una isla. En cierto momento de la travesía por el istmo se pueden ver ambos golfos, el San José y el Nuevo, de cada lado de la ruta que lo recorre para unir Puerto Madryn y Puerto Pirámides.
Y cada uno tiene una marea distinta: mientras en un golfo la marea es alta, en el otro es baja. Un fenómeno natural excepcional. Pero no es el único. En medio de la península existe una depresión de terreno bajo el nivel del mar. A lo largo de la costa del istmo hay una pequeña isla colonizada por miles de aves marinas, de varias especies, que anidan todas juntas. Se dice que es la misma isla que inspiró a Saint-Exupéry su "elefante tragado por una víbora", en el Principito ...
En la costa expuesta al Atlántico hay una caleta que forma como un mar diminuto frente a la inmensidad del océano. Es ahí donde con más probabilidades se puede avistar, a lo lejos, las orcas que intentan acercarse a la costa. También se ven delfines y toninas, a bordo de los barcos que recorren el golfo, para ver ballenas francas en invierno, o salir a bucear.
En cuanto a las costas, algunas veces formando playas como en la caleta o en Puerto Madryn, o refugiadas al pie de vertiginosos acantilados, se encuentran las colonias de lobos y elefantes marinos. Y más al Sur, ya fuera de la península, en Punta Tombo, está la imperdible colonia de pingüinos de Magallanes, con cientos de miles de ejemplares, un lugar que no se puede dejar de conocer durante una estada en Madryn, Trelew, Gaiman o Rawson. Aquí perduran los recuerdos de la colonización galesa, con sus casas de té, sus canales de irrigación y sus campos verdes en medio del desierto.
Se recorre también el circuito de las capillas galesas a lo largo del río Chubut, y en verano hay que conocer las playas que le dan un toque de Mediterráneo a la Patagonia, si no por la temperatura del agua, sí por su transparencia y la riqueza del fondo submarino, un imán para los buceadores. Las playas están en Puerto Madryn, en la costa misma de su centro urbano, y en Playa Unión, el balneario de Rawson. Y finalmente no hay que esperar los días de lluvia, pocos frecuentes en la región, para visitar los museos. Su renombre basta: en Puerto Madryn están el Ecocentro y el Museo Oceanográfico, con salas dedicadas también a la colonización galesa y la fauna regional. En Trelew, el Egidio Feruglio, consagrado a la paleontología, recuerda que hace millones de años en las estepas de la Patagonia vivían algunos de los dinosaurios más grandes que hayan jamás existido, con actividades para iniciar a los chicos en el conocimiento de la arqueología.
Datos útiles
Secretaría de Turismo de Chubut: avenida 9 de Julio 280, Rawson, (02965) 485271 / 272, Int. 102, y 0-800 666-2904.
Casa de Chubut en Buenos Aires: Sarmiento 1172; 4832-2009
Secretaría de Turismo en Puerto Madryn: avenida Julio A. Roca 223, (02965) 45-3504, 45-6067 y 47-0750.
En Internet: www.madryn.gov.ar/turismo
Secretaría de Turismo de Trelew: Pellegrini 780, (02965) 43-1519; e-mail: entretur@trelew.gov.ar
Faro Punta Delgada: (02965) 45-8444 o (15) 40-6304. E-mail: faro@puntadelgada.com. En Internet: www.puntadelgada.com
Para saber más acerca de las ballenas: Roger Payne, Entre ballenas. Editorial Emecé. O en www.parquesnacionales.gov.ar/03_ap/01_bfaustral_MN/01_bfaustral_MN.htm. Para saber más acerca de los pingüinos: www.chubutur.gov.ar/htm/pinguinos.htm
Una noche en el faro
En Punta Delgada, en la costa este de Península Valdés, el antiguo faro fue reconvertido al turismo. Es posible albergarse en las habitaciones que fueron reacondicionadas en el complejo, donde también funciona un restaurante. La experiencia es única no sólo por el lugar, sino por la singular experiencia de poder vivir en un auténtico faro. Además, basta caminar un poco por la costa para llegar a una cercana colonia de elefantes marinos.
Además...
* Camarones: al sur de Punta Tombo, por la ruta 3, es posible llegar a Camarones, donde también hay colonias de mamíferos marinos y pingüinos de Magallanes. El pueblo todavía está preservado del turismo masivo, y es ideal para quienes quieren experimentar la Patagonia de los pioneros.
* Capillas galesas: desde Gaiman, a lo largo del río Chubut, existe un circuito para conocer las capillas que construyeron los colonos galeses, de gran valor patrimonial.
* Complejo Hidroeléctrico Florentino Ameghino. Este embalse sobre el río forma un espejo de agua en medio del desierto de la meseta patagónica; se puede realizar pesca deportiva y visitar partes del complejo.
* El Doradillo: es una playa pedregosa entre el istmo y Puerto Madryn. Es uno de los lugares ideales para avistar ballenas desde la costa. Las ballenas se acercan a la playa, desde donde se puede verlas con toda claridad, gozando además de una excelente vista de esta parte del golfo.
Fuente: La Nacion
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