48 horas en Trelew
La impronta galesa aflora en diversos sitios históricos y representa una de las marcas características de la ciudad. Absolutamente nada más que una playa vacía y el paisaje desolador de la estepa acogieron a los 153 inmigrantes galeses que la goleta La Mimosa depositó en la Patagonia en 1865. Esos pioneros librados a la buena de Dios supieron revertir un exilio forzoso (eran parte de los desempleados de las minas de carbón en crisis terminal en Gales) en una epopeya sostenida por espíritus solidarios, laboriosos y creativos: transformaron el Valle Inferior del río Chubut en un próspero corredor de pueblos en constante crecimiento, acriollados con los habitantes originales y orgullosos portadores de su identidad. Trelew es el corazón de esta comarca fascinante de Chubut, que -desde Puerto Madryn hasta Esquel- abarca Rawson, Gaiman, Dolavon, Tecka y Trevelin. PRIMER DIA
08.00 Las tonalidades opacas de la meseta patagónica dejan paso en el cruce de la avenida Fontana con la calle Gales a los colores vivos de un enorme mural, con el que el artista plástico Román Cura recorre la historia del mundo desde la década del 30.
09.00 El desayuno es un verdadero deleite en el mítico bar y hotel Touring, abierto desde 1924 en un edificio del siglo XIX. Aquí se hospedaron el ex presidente Arturo Frondizi, los bandoleros Butch Cassidy, Sundance Kid y Etta Place y el escritor Saint Exupery. Un lujoso salón comedor se oculta tras el bar, donde políticos, deportistas, comerciantes y estudiantes se entregan a largas tertulias, amenizadas con "lo de siempre" (vermut con picada o fernet con sándwich de jamón crudo).
10.00 Pese a su aspecto más moderno, el museo Egidio Feruglio lleva mucho más atrás en el tiempo. Muestra la evolución de las especies y exhibe réplicas de dinosaurios del Triásico y el Jurásico. Primero, remite al origen de la vida en el fondo marino hace 600 millones de años. Entre piezas de araucarias petrificadas, resalta el único carnívoro con cuernos hallado en el mundo.
11.30 La construcción más antigua de Trelew -la capilla Tabernacl, de 1889- forma parte de 18 templos que los colonos galeses levantaron en el Valle Inferior del río Chubut para reunir a los fieles metodistas-calvinistas. También son reliquias las edificaciones Bethel, de 1877 y 1913. Las misas de los domingos suelen congregar a vecinos tradicionalistas.
13.00 Hacia el oeste, la ruta 7, de ripio, descubre uno de los perfiles menos conocidos de la región: las chacras agroturísticas. El primer asado de cordero patagónico asoma en el Comedor del Chacarero, acompañado por verduras de textura perfecta, color intenso y tamaño inusual, que acaban de ser cosechadas en la zona Treorky. La sobremesa se estira en el museo de la chacra, una construcción de adobe y paja de 1925 que alberga retratos, muebles y ropa de la época fundacional de Trelew.
14.00 El corredor de las chacras se despliega sobre el valle del río Encantado. Pequeños productores rurales prescinden de agroquímicos para producir vinos, fiambres, dulces de frutas finas, flores secas, tés y plantas aromáticas. De Loma Grande me llevo un puñado de bulbos de tulipanes. A su vez, en Narlú cargo una caja de frutillas y cerezas.
16.00 El circuito paleontológico de Trelew tiene continuidad en la barda (pared) Bryn Gwyn ("loma blanca", en galés), a 25 km de Trelew y a 9 km de Gaiman. La caminata de 3 km insume dos horas entre restos de antiguas especies de la zona, resguardados en pirámides de vidrio. Abundan dientes de raya, delfín y tiburón, cangrejales y fósiles de erizos, pingüinos de hace 15 millones de años y la réplica de un marzupial.
17.00 Más cerca de las altas cumbres de las que desciende, el río Chubut dibuja curvas, encajonado por paredones de roca colorada. A 135 km de Trelew florece la villa Florentino Ameghino, surgida en la base de una represa de 250 m de altura. Esta porción de la meseta, reverdecida por álamos, eucaliptos, mimbres y sauces induce a descansar, cabalgar por huellas de ripio que atraviesan túneles naturales, practicar tirolesa, rappel, kayaquismo y trekking con escalada y pescar truchas, percas y pejerreyes.
20.00 La milenaria cultura galesa aporta un toque de distinción desde la costa atlántica hasta los primeros pliegues de la Cordillera. Elegantes, pulcras hasta en el detalle más ínfimo, las casas de té de Gaiman llenan los ojos y el estómago con té, tartas y panes caseros y dulces de fruta fina. Caerdydd agrega artesanías y anécdotas que remiten a la visita de Lady Di en 1995.
22.00 De regreso en Trelew, el bar El Roble marca el pulso de la noche. La cerveza se hace desear, mientras crece la demanda de tragos a la par de la llegada de adolescentes, jóvenes y veteranos.
01.00 El viento patagónico se hace notar, pero parece un bálsamo para una multitud que transforma el centro de Trelew en una romería de gente eufórica, a punto de alcanzar la máxima felicidad en las discos Kú, La Leyenda, Margarita (reducto de marcha y música electrónica), El Cuervo (copado por el rock nacional), El Establo y Acrópolis New (cumbia y latina).
SEGUNDO DIA
08.30 No sólo de viento vive la Patagonia. La mañana no podía despuntar mejor. El sol ameniza el encuentro de los vecinos -muchos, mate en mano- en la plaza Centenario y los chicos van poblando los juegos, la calesita y el sector donde sabe alegrarlos el payaso Tachuelita.
10.00 Otra pieza fundamental en la sociedad de Trelew la constituye el aporte italiano. Los primeros inmigrantes se establecieron en Chubut en la década de 1880. Tres décadas después fundaron la Sociedad de Socorros Mutuos Paz y Patria, que en 1914 construyó el Salón Verdi. Según sostienen los memoriosos, la hora más gloriosa llegó en 1939, cuando el Verdi exhibió la primera película sonora, "El amor nunca muere", con Gary Cooper. La cartelera denota que este polo cultural (inaugurado como pista de patinaje y luego reciclado como teatro) se mantiene vigente.
12.00 Si bien se estira desde setiembre hasta abril la mejor época para deleitarse con la gracia de unos 400 mil pingüinos magallánicos reproductores, ya se dejan ver algunos ejemplares que anidan desde la costa (170 km al sur de Trelew) hasta 800 metros tierra adentro. La convivencia entre las parejas y sus crías trasunta armonía, pero tiene sus contratiempos: los pingüinos suelen inquietarse con el amenazante sobrevuelo en la playa de petreles gigantes, sus predadores. Un sendero avanza entre centenares de madrigueras y los pingüinos se entremezclan con el paso de los turistas.
14.00 En el festival de fauna marina que ofrece la costa patagónica, las toninas overas cumplen con su parte en la desembocadura del río Chubut en el Atlántico, junto al puerto de Rawson, a 20 km de Trelew. Muy cerca, a pasos de barcos pesqueros amarrados al muelle de Playa Unión dormitan lobos marinos. Es el paisaje adecuado para enmarcar una picada de mariscos, el anticipo de una brochette de langostinos en La Cantina de Marcelino.
16.00 A 170 km hacia el norte de Trelew, desde Puerto Pirámide -el único poblado de Península Valdés- tres caminos de ripio sugieren escoger entre las colonias de elefantes y lobos marinos que se asolean en Punta Norte, Caleta Valdés y Punta Delgada. Pero, indefectiblemente, la elección debería ser el paso siguiente al incomparable espectáculo que la ballena franca austral ofrece a metros de la playa de Puerto Pirámide. Los adultos y sus ballenatos alternan piruetas, saltos y apariciones sorpresivas a los costados de las lanchas turísticas, que el mar agitado bambolea sin piedad. Cuando las moles se dignan a salir a escena, los gritos de júbilo se mezclan con los disparos de las cámaras de fotos, que terminan salpicadas y, casi siempre, apenas llegan a registrar una parte del lomo.
18.00 La secuencia de reservas de fauna marina parece no tener fin. En el istmo de Ameghino (la salida de la península hacia Puerto Madryn), un telescopio reserva imágenes de un montículo, que parece temblar en medio del océano. Es la isla de los Pájaros, poblada de aves blancas y negras. En Madryn, el Museo Oceanográfico de Ciencias Naturales (un chalé de 1917) y el Ecocentro enseñan a distinguir las especies de aves, peces y cetáceos. Los anfitriones galeses de la Casa de té de Chubut proponen un ámbito más cálido y familiar. Entre la profusión de tartas, escones, panes caseros, dulces y tortas negras, la cuestión a resolver es por dónde empezar.
20.00Atardece en la Patagonia sin horizonte a la vista. El viento arrecia mientras el sol despide una llamarada débil, que tiñe de ocre la ruta 3 y la meseta. Al sur, Trelew -semisumergido en la oscuridad todavía sin estrellas- enciende lentamente sus luces. Destrás de la estructura de un molino harinero de 1915 -otra ostensible marca de los pioneros galeses-, El Viejo Molino brinda un antídoto contra el tiempo inclemente: entrada de ahumados, cordero al asador con papas y sopa de frambuesas, cerezas y corintos con helado. Es hora de despedirse, en un momento de gloria.
Fuente: Clarin
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