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ESCAPADAS - PILAR

e mërkurë, 19 shtator 2007



Diversión en la granja

En un campo con una gran variedad de animales, paseos, juegos y actividades didácticas para disfrutar en familia.

Mientras los grandes disfrutan de un día al aire libre con platos tentadores, los chicos toman contacto con sus animales preferidos y aprenden jugando las actividades que se realizan en la granja Chocolatada, que alberga en Pilar una gran variedad de animales.

Al mediodía, una campanada anuncia el comienzo de la diversión con sentido didáctico. Muchas veces, los mismos animales buscan complicidad en los chicos y se acercan para demandar alimento o ser acariciados. Pepe, una llama bebé, se lleva la mirada de todos los padres y el cariño de los nenes apenas ingresan, ya que (como los patos, gallinas y avestruces) se mueve libremente por el predio.

Las actividades de la granja, coordinadas por maestras jardineras y profesores de educación física, pueden seguirse o no al pie de la letra. Las familias reciben una guía con los horarios de cada muestra y un mapa para moverse sin atarse al programa. Los que eligen el circuito por su cuenta pueden incorporarse al grupo cada 20 minutos, cuando vuelve a sonar la campana para anunciar una nueva actividad.

En un establo, Tofi, una vaca de dos años de edad en condiciones de proveer 8 litros diarios de leche, no se resiste a ser ordeñada. El paseo sigue por el corral de chanchos, donde los revolcones por el barro, el sonido que emiten de los hocicos y el comportamiento atolondrado provocan una catarata de preguntas a los guías.

A las 13, las mesas ya están preparadas. Se puede almorzar carne vacuna asada, chivito, cordero, pastas caseras o minutas en alguno de los cuatro quinchos (dos cubiertos y calefaccionados). Durante la sobremesa, nada mejor para los chicos que treparse al gran ceibo, deslizarse por una tirolesa y continuar por el sector de juegos infantiles, paseos en pony y minicarretas, vueltas a la calesita y saltos en cama elástica con arneses.



Paseo didáctico



En la caballeriza, los guías explican las diferencias entre las razas de caballos, yeguas y mulas e invitan a peinarlos y alimentarlos con alfalfa. El recorrido continúa en una conejera donde vive una docena de ejemplares, algunos preñados y otros en jaulas separadas, ya que se reproducen con facilidad. Al lado, en el gallinero, los gallos cantores y las gallinas ponedoras de huevos llaman la atención.

A media tarde se larga el "Campamento indio". Los menores se pintan la cara, cantan, juegan y escuchan fábulas. Mientras, los padres aprovechan para descansar al sol, enmarcados por una centenaria arboleda de eucaliptos, pinos, ceibos y ombúes.

Un lago alberga 40 especies de patos, gansos y ocas, que suelen alejarse de este sector para correr detrás de los niños en busca de alimento. En cambio, los chivos y las ovejas permanecen siempre en sus corrales, a la espera de las migas que les tiran los visitantes para hacerlos posar para las fotos.

A las 4 de la tarde llega uno de los momentos más esperados: darle la mamadera a los dos terneros. Antes de la merienda, los visitantes tienen que amasar el pan. Recién horneado y humeante, acompaño las rodajas con chocolate caliente para recobrar la energía perdida y volver a casa más que satisfecha.


Fuente: Clarin

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