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ITINERARIOS-CORRIENTES-

e enjte, 27 shtator 2007


Un laberinto de agua y verdor

Los Esteros del Iberá ocupan casi un tercio de la provincia y son uno de los grandes paraísos naturales de la Argentina. Constituye el área protegida más grande de la Argentina, ocupa casi un tercio de la provincia de Corrientes y maravilla a visitantes de todo el mundo por su biodiversidad. Se trata de los magníficos Esteros del Iberá. Con 1.300.000 hectáreas, este sistema es un gigantesco laberinto verde formado por esteros, pantanos, riachos, arroyos, lagunas y cañadas. Cruza la provincia de noreste a sudoeste, en forma de diagonal, y es el segundo humedal más grande de Sudamérica, después del Pantanal brasileño y y uno de los más importantes del mundo. Para preservar los recursos naturales, en 1983 se creó la Reserva Natural del Iberá, que actualmente cuenta con un 40 por ciento de territorio fiscal y un 60 por ciento privado. Y en 2002 fue declarado Humedal de Importancia Internacional. Uno de los tantos espejos de agua que pueblan la región es la laguna Iberá, en cuyas orillas se encuentra la Colonia Carlos Pellegrini. Hasta allí se accede desde la ciudad de Mercedes, a través de la ruta 40 y después de recorrer 120 kilómetros por un camino de ripio y tierra. A 815 kilómetros de Buenos Aires, Pellegrini es un pueblo apacible con cerca de 900 habitantes y sus orígenes remiten a las viejas arroceras del lugar y la necesidad de contar con un paso que permitiera el traslado de la hacienda criada en las estancias, muchas de las cuales aún subsisten en la zona. Pocos lugares permiten un contacto tan cercano con la rica fauna y flora, favorecidas con el clima subtropical y convirtiendo a la región en un verdadero santuario natural. Agua brillante Ante el intenso brillo que produce la luz solar sobre las aguas, los habitantes originarios le dieron el nombre en guaraní: "Y" significa "agua" y "bera" quiere decir "brillante". Cuando los españoles arribaron a principios del siglo XVI, encontraron distintas tribus diseminadas en los esteros. Resistiéndose a la colonización, los aborígenes -que vivían de la caza y de la pesca- se internaron en lo más profundo del lugar y cuenta la leyenda que aún habitan allí porque nunca pudieron encontrarlos. Siglos más tarde, el sistema del Iberá fue elegido también por cazadores denominados "mariscadores". Ellos pasaban la mayor parte de su vida en canoas, recorriendo casi la totalidad de los embalsados, y cazando yacarés, ciervos y carpinchos cuyas pieles servían para el comercio. Para los lugareños, la caza era también un medio de subsistencia. Obviamente, cuando se creó la Reserva Natural, muchos de los mariscadores se vieron obligados a cambiar el rumbo de sus vidas e, inclusive, muchos se convirtieron en defensores del medio ambiente. Es que, aprovechando su amplio conocimiento de los esteros, algunos de ellos fueron empleados como guardaparques y guías de turismo. En poco más de 20 años de preservación de la fauna se experimentó un notable incremento de yacarés, lobitos de río, carpinchos y ciervos. En este sentido, es importante destacar que el lobito de río, el ciervo de los pantanos, el aguará guazú (el cánido más grande de Sudamérica) y el venado de las pampas fueron declarados "monumentos naturales" de Corrientes y se les otorga máxima protección. Sorprende al viajero la profusión de vegetación acuática que cubre los esteros. La masa de plantas da forma a un suelo flotante llamado embalsado. El mismo se origina por el entramado de raíces, tallos y hojas y llega a alcanzar varios metros de espesor. Por efecto del viento, muchas veces los embalsados se van separando y forman grandes islotes que flotan a la deriva. Este verdadero mosaico de ambientes naturales favorece la variedad faunística que puebla el Iberá. Más de 350 especies de aves deslumbran a ornitólogos de todo el mundo, que llegan atraídos para realizar observaciones y safaris fotográficos. Entre los reptiles sobresalen las dos especies de yacarés (el negro y el overo o ñato), mientras que entre los mamíferos, se destaca el carpincho o capibara, que asombra con su mansedumbre. Los ciervos, los lobitos de río y los monos aulladores completan el listado de los principales ejemplares. En tanto, las aguas son habitadas por tarariras, mojarras, morenas, bagres, dorados, surubíes y las temidas palometas. Pero Iberá atesora, además, leyendas sobre sus lagunas, sus animales y sus antiguos habitantes, que valen la pena conocer. Visitar la Reserva es un privilegio. Cuidarla, una obligación.

DATOS UTILES

CoMO LLEGAR. De Buenos Aires a Mercedes son 700 km. Desde Retiro, coche cama de FlechaBus (9 hs), $ 87. De Mercedes a Colonia Carlos Pellegrini, camioneta 4x4 para 4 personas, $ 200; minibús regular de línea, $ 25.

Donde alojarse. En la Posada Aguapé, sobre la laguna Iberá, habitación doble con pensión completa y excursiones, $ 355.


ATENCION. No hay combustible ni señal de celular en la ruta 40, entre Mercedes y Pellegrini. No hay nafta súper en Colonia Pellegrini. En primavera-verano, llevar un pantalón liviano, zapatos de trekking y alpargatas, campera rompevientos para navegar, campera de abrigo para el atardecer, traje de baño, gorro, protector solar, repelente para mosquitos y prismáticos.

Casa de Corrientes en Buenos Aires: Teléfonos 4394-7418 / 9490
www.corrientes.com.ar


Fuente: Clarin

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