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Salta

e premte, 5 tetor 2007

De pasado jesuítico abrazado por la selva

La Caldera, a 22 kilómetros de la capital por camino de cornisa, conserva la arquitectura antigua, entre calles de veredas altas y casas con galerías


SALTA.- Todo es quietud y paz en La Caldera. Envuelta en el intenso verdor de la selva tucumano-oranense de sus cerros, con un impagable microclima y calles orladas de una particular arquitectura, casas y fincas de principios del siglo XIX, de galerías abiertas a la calle con barandas de madera sobre altas veredas, es uno de los pueblos salteños que mejor conserva su identidad.

A sólo 22 km de la capital salteña, recorriendo un camino de cornisa, es ideal para una temporada de relax. Nació en 1583 como una merced, donde se asentó tiempo después la orden de los jesuitas y creó la misión dedicada a Nuestra Señora de Copacabana, construyendo templo, escuela y talleres, y es parte de la historia de Salta.

Allí se libró en 1817 la Batalla de Los Sauces, y en 1864 fue sede del gobierno provincial. En lo alto, sobre la calle principal que fue Camino Real al Alto Perú, reluce la antigua iglesia que atesora aún bellas imágenes y pinturas cuzqueñas, punto de reunión los domingos de gran cantidad de feligreses, para escuchar misa acompañada por las voces del coro local.

Para llegar a La Caldera es inevitable pasar por Vaqueros. El simpático enclave sobre la ruta 9 merece una parada para llevarse alguna de las bellas prendas que se elaboran en el pueblo, donde se han afincado hace unos años expertas bordadoras de cuyas manos salen mantas, chales, bolsos y piezas de sastrería de excelente factura. Sobre tramas de telar artesanal teñidas a mano se realizan motivos florales bordados en lana y diferentes gamas. Cualquier pasante los guiará hacia los lugares donde encontrarlas. Sólo hay que preguntar.

Finca centenaria

Desde hace más de 250 años, La Caldera, la finca de Florencia Cornejo, es sin duda un lugar ineludible para disfrutar de una estada con todas las comodidades en un clima de refinado gusto y gran calidez. Convertida en posada, la centenaria construcción, con el típico trazado de patio-jardín central, rodeado por galerías donde no falta un telar, ha sido puesta a punto por Florencia, que como atenta anfitriona la ha dotado de gran gusto y confort con piezas de la importante platería familiar, que junto a antiguos tapices y muebles artesanales de la región, algunos de diseño propio, hacen del lugar un sitio ideal para dejarse llevar por el placer del ocio.

Los cuartos, que conservan el estilo original resaltados por detalles, como los sutiles mosquiteros que cuelgan del techo, nos retrotraen a épocas en que la finca era el sitio de reunión durante las vacaciones de las generaciones anteriores. Aída, la cocinera de la casa desde hace años, junto a María Teresa, es la encargada de ofrecer las ancestrales recetas. Ricos sabores como el pastel de cayote salado, sustanciosos locros, humitas de choclo fresco o las pequeñas y jugosas empanadas salidas del horno de barro son alguna de las ricas fórmulas que se preparan en la antigua cocina que parece detenida en el tiempo, con sus cacharros enlozados, piezas de hierro y gran mesada central.

Cuesta arriba

Acorde con el estilo de la posada, los programas que desde allí se ofrecen son una inmersión en la auténtica vida de campo de la zona. Javier Lozano, un joven lugareño, es el encargado de las cabalgatas hasta el Paraje Yacones. Son 3 km de subida por la selva montana de la precordillera, vadeando los ríos La Caldera y Yacones, hasta el puesto de Crescencio y Rogelio Maidana, donde los espera una sesión de mate y bollos, mientras se ultiman los detalles del asadito por disfrutar en un entorno de pura tradición salteña. Al regreso, un baño en la lindísima pileta de la casa es el prólogo para disfrutar del atardecer en las cómodas reposeras de la galería.

En el tradicional estilo neocolonial, y de reciente inauguración, la hostería La Caldera es otra opción. La importante construcción, con un amplio parque que mira a los cerros, ha sido equipada con aire acondicionado y TV satelital. Las amplias suites cuentan con hidromasajes. En el restaurante se puede disfrutar de una carta con los mejores platos de la tradición salteña para ser acompañada por los buenos vinos de su bien surtida bodega. La hostería organiza paseos por los alrededores, especialmente trekking o cabalgatas guiados por personal especializado. Para vacaciones en familia están las cabañas. En lo alto del camino de acceso al pueblo se encuentra Brisas de la Montaña, con cabañas para 4 o más personas, confortable living con pequeño hogar y todo el equipamiento necesario.

Pequeños hoteles con encanto

Muy cerca, la ciudad de Salta, además de tres hoteles cinco estrellas, también cuenta con lugares íntimos, de pocas habitaciones. Los hoteles boutique y Bed &Breakfast pueblan la ciudad.

En un recóndito sitio sobre el cerro San Bernardo, al final del empinado pasaje Luis Linares, está Papyrus, el más exclusivo de los boutique. En varios niveles, siguiendo las alternativas del terreno original, se levanta este hotel con 11 habitaciones y un departamento. De refinada decoración, donde cada detalle es un hallazgo, desde su gran living-comedor ofrece bellas vistas de Salta a lo lejos.

Envuelta por floridos jardines con terrazas y gran piscina, cuenta con una excelente gastronomía que de la mano de José Tinti, su chef, regala excelentes platos, donde combina productos de la región en logradas fórmulas servidas en fina vajilla inglesa, junto a los mejores vinos de los Valles Calchaquíes. En el centro existen otros pequeños reductos con encanto, entre ellos, Aldaba, Del Virrey, Château del Cerro y La Candela, y dos Bed &Breakfast: Capricho, de 3 habitaciones, junto a su apreciado bistro, y Bloomers, en una antigua casona reciclada a todo confort con 5 suites.

Datos útiles

Cómo llegar

* El pasaje en avión hasta la ciudad de Salta cuesta 700 pesos.



* De Salta se sale por ruta 9 (calle 25 de Mayo) rumbo norte hasta empalmar con Avda. Bolivia, que sigue a Jujuy. Se encuentra a 22 kilómetros.



Alojamiento

* Posada La Caldera, $ 190 con desayuno. www.posadalacaldera.com.ar



* Hostería La Caldera, habitación simple, desde $ 120; suite, 250; hosterialacaldera.com.ar



* Cabañas Brisas de la Montaña, para cuatro personas, desde 200.



En Internet

www.turismosalta.gov.ar

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