Esteros del Iberá, el agua más brillante
En el gran humedal, la fauna está al alcance de la vista; yacarés y ciervos de los pantanos, entre muchos otros
Cuando cae la tarde, el cielo se incendia sobre la laguna y tiñe de rojo el paisaje. Una hora mágica para disfrutarla desde alguna galería, con el canto de los pájaros como fondo musical, que hace contrapunto con las chicharras a medida que la luz se apaga. Noches perfectas para olvidarse de todo en los esteros del Iberá. Habrá que llegar a Colonia Carlos Pellegrini, el pequeño y disperso poblado que alberga el complejo hídrico, y que cuenta con una serie de alojamientos, algunos muy sencillos y preferidos por los más jóvenes, junto con una serie de confortables posadas, todas sobre la gran laguna, con muelle y embarcación propia, ideales para disfrutar de esta inmersión en el esplendor de la naturaleza.
Con sus 3.000.000 de ha, el humedal, el segundo más importante del continente, encierra en su superficie infinidad de riachos, arroyos, esteros, bañados y lagunas donde convive una riquísima variedad de fauna y flora, muchas de cuyas especies es posible ver en directo internándose en sus recónditos circuitos guiados por los baquianos. Una excursión embarcados es una experiencia inolvidable, que los amantes de la naturaleza apreciarán con sólo cruzar la gran laguna Iberá por la mañana temprano, cuando el sol hace brillar con intensidad el desbordante paisaje acuático. Al internarse por los canales naturales y sobre sus costas, el motor de la lancha se apaga y sólo el sonido de los remos sobre el agua interrumpirá el obligado silencio necesario para capturar una buena toma fotográfica de un ciervo de los pantanos, que se detendrá sólo un momento antes de perderse en la espesura.
Más accesibles, los carpinchos, de todos los tamaños, y los yacarés que parecen dormitar cerca del agua son sólo una muestra de tantas otras especies -algunas en vía de extinción- que habitan en los Esteros, junto con la gran variedad de aves que revoloteando acompañan el circuito. Las estilizadas garzas mora y guayera, y las cigüeñas son las más visibles junto con esquivos pájaros de coloridos plumajes, que en la zona suman 250 especies detectadas y que congregan a apasionados birdswatchers. En el recorrido, la flora acuática maravilla por su variados colores y formas, como las amapolas y las lentejas de agua que tapizan los riachos, los camalotales que entrelaza la victoria regia con otras plantas y los embalsados, islas flotantes pobladas de vegetación, que brindan la experiencia de caminar sobre ellas.
Para comprender la magnitud del lugar habrá que llegarse hasta el Centro de Interpretación, donde los guardaparques los harán adentrarse en la historia, la etnología, la fauna y flora, y todo lo que quieran saber sobre la región, además de paseos por los senderos de interpretación que se internan en los montes naturales de intenso verdor y gran riqueza, que coronan las riberas de esta maravilla natural.
Mercedes
Es el portal de los Esteros donde llegan los micros y los viajeros en auto, que deberán hacer otros 100 km hasta la Colonia Carlos Pellegrini. El antiguo centro agrícola ganadero invita a una necesaria posta, y de paso conocer alguna de sus atracciones: las frondosas plazas y la iglesia del siglo XIX. Cuenta con un interesante Museo de Ciencias Naturales.
Fuente: La Nacion
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