La primavera se vive mejor en el Delta
La zona de las islas, con espacios ideales para el relax de estación.
Con la llegada de la primavera, el delta de San Fernando muestra todo el esplendor de la naturaleza. Delta adentro, desde la inmediatez del turismo por el día o por más tiempo aún se intuye la dura vida de los isleños, la importancia de las mareas, el contacto más íntimo con el medio ambiente todavía sin contaminar. Con una superficie que supera los 900 km2, el territorio insular de la Segunda y Tercera Sección de Islas ofrece un paisaje único, que invita a navegar por sus ríos y conocer su singularidad biogeográfica.
Para llegar se puede salir desde el Estación Fluvial de Tigre o desde algunas de las guarderías náuticas sanfernandinas, que se contratan para la ocasión.
Sergio Urcola conduce la embarcación por los ríos marrones que tan bien describió Haroldo Conti en su novela Sudestada , con todo su misterio y agonía, la primavera que estalla de selva, los pájaros que se escuchan como si estuviéramos a mucho más de 30 minutos de una urbe con una polución sonora indescriptible.
Desde la Guardería Canestrari tomamos el río Luján; luego los canales Vinculación, Urión y Honda; el río Paraná de las Palmas, el Capitancito y, por último, el arroyo Felicaria para desembarcar en la hostería Los Pecanes, donde nos salieron a saludar incontables picaflores verdes y azules. Es un lugar cálido y bien cuidado, con una comida exquisita y cuatro habitaciones de una casa de 1940 muy bien reciclada que pronto serán más -hay tres cabañas en construcción-. Es el hogar de los mencionados pajaritos que Ana Trivelloni y Richard Baert alimentan para alegrar sus galerías delteñas. Estos cantan en la puerta misma de las habitaciones que dan a los típicos corredores de madera elevados, bien mantenidos y con vista a la costa.
En Los Pecanes se puede almorzar -en el comedor para 85 personas, el jardín o el deck sobre el río- las exquisiteces de Ana y Richard. Los sábados se ofrece pollo ahumado al horno de barro, verduras, panes y pizzas, y los domingos, asado completo de chorizo, morcilla y vacío, matambrito, con mesa de incontables ensaladas, muchas de la huerta propia cosechadas por la mañana -escarolas, repollos, acelga de colores, habas, zapallitos, radiccio, hojas de mostaza-, más mesa de postres elaborados con las frutas de los árboles propios, como la tarta de nuez pecán.
"Durante 9 años fue nuestra casa de fin de semana hasta que decidimos pegar el salto y venir a vivir acá. Ahora mi hijo Matías nos está ayudando con la construcción, pero siempre todos hacemos de todo con mucho amor por la naturaleza", contó Ana, que además clasifica la basura en 10 tachos para su mejor reciclaje, entre otras labores necesarias para cuidar el entorno.
Un circuito de interpretación construido durante todo un año -es difícil ganarle a la selva- permite recorrer aproximadamente un kilómetro entre lirios, zarzamoras en flor, frutillas silvestres, ligustros.
Los huéspedes cuentan con una canoa por habitación. Pueden salir solos o en safari fotográfico con Matías o Richard a los Bajos del Temor a la hora del crepúsculo, con la posibilidad de ver cigüeñas y cisnes de cuello negro, entre otros pájaros. Estos paseos no se incluyen en la tarifa.
La Pista e Isla Margarita
Retomando el arroyo Felicaria y luego el Estudiantes para desembocar en el Paraná de las Palmas, Urcola apresura la lancha para llegar a tiempo para almorzar en puerto La Pista, una suerte de lengüeta de tierra de 10 hectáreas con 500 metros de costa, unida a otra isla con 200 metros de fondo por pequeños puentes, con un canal de amarras privado para lanchas y veleros.
Francisco Piccione abrió hace algunos años un restaurante con 8 cabañas de madera de aspecto rústico de 2 a 4 personas con TV, aire acondicionado, en la costa de arena sobre el río. Las de cuatro personas cuentan con kitchenette y elementos de cocina. A fin de año estarán listas 3 más con mayores comodidades: parrilla, DVD, deck de madera sobre el río.
El amplio restaurante con capacidad para 300 personas, abierto todos los días, sirve minutas, buenas empanadas, pastas caseras como los excelentes sorrentinos caprese, raviolones de pollo y verdura o ricotta, fetuccini, woks de lomo o pollo, pizzas y parrilla. Los fines de semana se habilita un salón de juegos para los chicos con metegol, pool, ping pong, más una plaza con un castillo inflable y cancha de voley.
Otra vez en el río marrón, la navegación serena permite observar tanto los yachts de lujo como las canoas cargadas de junco de los isleños que luchan por sobrevivir. Doblando por el río Carabelas se llega a Isla Margarita, donde María Teresa Brindza recibe con mucha calidez a los viajeros que quieran sosiego y naturaleza, además de engordar alegremente con sus dulces caseros y especialidades europeas. Como el cordial de cítricos -un licor que convida a los recién llegados-: "No me gusta ver echarse a perder lo que la naturaleza nos regala", aclara, ideal para combinar con las tortas caseras como la de pera y amapolas, o la de chocolate y avellanas.
"Sería bueno alcanzar una economía de comunión", expresó Teresa, que también da clases de catequesis en la escuela cercana, entre otras labores comunitarias.
María Teresa cuenta con tres cuartos para alojar a quien quiera pasar un fin de semana, totalmente independientes del restaurante que sirve goulash, crêpes de pollo y verdura, comidas al disco, ensaladas varias, entre otras delicias.
Toda esta zona fue declarada Reserva de Biosfera por la Unesco: Isla Margarita se encuentra en la zona de transición y ofrece paseos en combinación con la reserva La Juana, con 60 hectáreas dentro de la mencionada reserva, donde se practican actividades como trekking, canotaje, avistamiento de flora y fauna, safari fotográfico y pesca, entre otras.
Otra posibilidad que incorporó Teresa en forma reciente es los paseos de hora y media con Nacho y su pontón: una barcaza chata de hierro que en el Delta se usa para cargar junco, pero donde son bienvenidos los turistas, a una velocidad lenta, pero con motor.
En la costa de Isla Margarita hay cien metros de playa para bañarse sobre el río Carabelas, hamacas paraguayas para leer a la sombra y paseos en kayak o lancha a pedido para los más activos, con instrucción incluida. El predio de 9 hectáreas posee cancha de voley y un mágico sendero para hacer avistamiento de pájaros y flores como las azaleas y las cortaderas, entre otra vegetación de humedad.
Paneles solares aprovechan la energía solar que abastece a uno de los cuartos, proyecto del INTA, entre otras entidades: todo esto más la espiritualidad de la anfitriona componen un cuadro ideal para desestresarse cerca de Buenos Aires.
En este delta profundo también se cuentan algunas novedades: "La Pascuala cambió de dueño y El Tropezón, lugar histórico donde se suicidó Leopoldo Lugones sobre el canal Arias que cerró hace un tiempo, fue vendido y va a volver a funcionar, todo reciclado", informó Nora Duvñak, del equipo de la Dirección de Turismo de San Fernando. El proyecto para contar con puerto propio en la Marina de Puerto Chico ya fue presentado, para de esta forma tener un puerto fluvial en San Fernando que se sumaría al de Tigre.
Por Silvina Beccar Varela
Declarada Reserva de Biosfera
El delta de San Fernando conforma un extenso humedal costero, bañado por los ríos Paraná Guazú y Paraná de las Palmas, justo en el límite de aguas de la provincia de Buenos Aires con Entre Ríos y la República Oriental del Uruguay. Adquiere una forma triangular, conformando un espacio en crecimiento sobre el estuario del Río de la Plata y una unidad natural de características ecológicas únicas, que fue declarada Reserva de Biosfera por la Unesco en septiembre de 2000.
Entre los ambientes naturales que perduran en el área se encuentran diversas especies de pajonales, bosques de ceibo, parches relictuales de Monte Blanco, totorales y juncales. La heterogeneidad del paisaje resulta favorable para algunas especies de fauna, como el ciervo de los pantanos, la pava de monte común, el lobito de río, el gato montés y el carpincho, entre otras.
Datos útiles
Dónde alojarse
Hostería Los Pecanes
* Arroyo Felicaria frente al canal 2, Segunda Sección, 4728-1932 o (15) 6942-7830, www.hosterialospecanes.com . Tarifas: $ 285 la habitación doble; comidas, 35 para huéspedes (los domingos cuestan 40). Para pasar el día, 50 y 55 los domingos (el almuerzo incluye pan, entrada, plato principal, postre, café y bebidas con vino Aberdeen Angus).
Puerto La Pista
* Paraná de las Palmas km 60, 4728-2108 o (15) 3206-8843, www.puertolapista.com . Fin de semana completo para 4 personas, $ 350. Las comidas cuestan aproximadamente entre 25 y 30 por persona, con bebidas. La amarra cuesta 10 e incluye derecho a baños y uso de electricidad.
Isla Margarita
* Río Carabelas 300, a 1000 metros del Paraná de las Palmas; 4728-2495, www.islamargaritabue.com . ar . Se requieren reservas.
Consumición mínima para pasar el día: $ 38 por persona, sin bebidas (incluye entrada, plato principal y postre).
La habitación doble con pensión completa sin bebidas, por dos días y una noche, cuesta 250 por persona.
Más información:
* Dirección de Turismo de San Fernando, Madero y General Arias, 4746-2016, turismo@sanfernando.gov.ar
Fuente: La Nacion
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