Buscador

7 Maravillas - Jujuy

e hënë, 26 nëntor 2007


Quebrada de Huma, donde los cerros ponen el color


Imponente valle sobre la ruta 9, rodeado de montañas, con pueblos a uno y otro lado, cargados de tradiciones, iglesias y comida típica

Encerrada como en un cofre por un deslumbrante paisaje, la Quebrada de Humahuaca guarda tesoros en cada pueblo de este imponente camino jujeño. Iglesias con valiosas piezas, sitios arqueológicos y pedazos de la historia de la Independencia aparecen aquí y allá en uno de los más preciados circuitos de la Argentina.

Desde San Salvador, el corredor de 155 kilómetros, acompañado por dos cadenas de montañas junto al río Grande, se recorre de un tirón para llegar puntualmente, a las 12, a Humahuaca. Así no se pierde la aparición en el Cabildo de la imagen articulada de San Francisco Solano, que cada mediodía imparte desde allí su bendición. El camino deja atrás una cantidad de encantadores pueblos, algunos de los cuales se visitan en las excursiones clásicas. Pero para disfrutar a pleno de los coloridos paisajes y la tradición de la Quebrada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, hay que hacer base en alguno para recorrer, desde allí, la región.

Los amantes del silencio y la aventura suelen optar por lugares como el pequeño Volcán, que irrumpe sobre la ruta dejando atrás el verde marco de los cerros poblados por una vegetación subtropical, para entrar de lleno en los espectaculares colores del circuito. Cerca espera Tumbaya, con su histórica iglesia del siglo XVIII y la antigua hacienda. Y a 20 kilómetros, Punta Corral, con un santuario en el que se venera la imagen de la Virgen de Copacabana, que cada Semana Santa es llevada en procesión hasta Tilcara. Recostada sobre las impactantes formaciones en gama de ocres, conocidas como La Paleta del Pintor, está Maimará, encantador poblado quebradeño cerca de los mejores circuitos de la zona, con un restaurante de excelente cocina novoandina.

Plaza y casas de adobe

Desde aquí se llega a Purmamarca y su paradigmático Cerro de los Siete Colores. Con una aparente tranquilidad en su plaza, donde todo es quietud, el lugar esconde confortables hoteles y posadas, siempre con el estilo de la Quebrada y una reconocida tradición gastronómica. Para los aficionados a la fotografía, nada como el circuito de Los Colorados, con impresionantes formaciones rojizas.

Para aquellos viajeros que gustan de contar con todos los servicios de una ciudad, Tilcara es el lugar perfecto para instalarse unos días.

Hoy, nuevo epicentro turístico de la Quebrada, combina el confort en su variada oferta hotelera y gastronómica junto con su perdurable estirpe pueblerina en las sencillas casas de adobe y las callecitas que suben y bajan, a lo que se suma el imponente Pucará, joya arqueológica de la región.

Y aquí comienza otra historia. A 15 kilómetros, luego de atravesar el mojón que señala el trópico de Capricornio, aparece Huacalera, con su capilla del siglo XVII, donde fueron descarnados los restos del general Lavalle, y muy cerca, Uquía, cuya bella iglesia de San Francisco de Paula atesora importantes pinturas cuzqueñas, en una zona que fue escenario de combates por la libertad.

A 11 kilómetros de allí, Humahuaca recibe al visitante con sus estrechas callecitas empedradas, orlada de grandes faroles de hierro y casas de adobe, donde se puede palpar las raíces argentinas en su impronta colonial. Imperdible broche de un viaje por los fabulosos paisajes de la Quebrada de Humahuaca.El camino deja atrás una cantidad de encantadores pueblos, algunos de los cuales se visitan en las excursiones clásicas. Pero para disfrutar a pleno de los coloridos paisajes y la tradición de la Quebrada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, hay que hacer base en alguno para recorrer, desde allí, la región.

Los amantes del silencio y la aventura suelen optar por lugares como el pequeño Volcán, que irrumpe sobre la ruta dejando atrás el verde marco de los cerros poblados por una vegetación subtropical, para entrar de lleno en los espectaculares colores del circuito. Cerca espera Tumbaya, con su histórica iglesia del siglo XVIII y la antigua hacienda. Y a 20 kilómetros, Punta Corral, con un santuario en el que se venera la imagen de la Virgen de Copacabana, que cada Semana Santa es llevada en procesión hasta Tilcara. Recostada sobre las impactantes formaciones en gama de ocres, conocidas como La Paleta del Pintor, está Maimará, encantador poblado quebradeño cerca de los mejores circuitos de la zona, con un restaurante de excelente cocina novoandina.

Carnaval y Semana Santa

En Carnaval y Semana Santa, la Quebrada es una fiesta.

Diablillos, comparsas y fiestas se mezclan en una celebración de lo más colorida. El Carnaval se mete en las tradiciones indígenas, con bailes típicos, coplas, rituales a la Pachamama, comidas regionales, música autóctona y disfraces.

Durante toda la Semana Santa, Tilcara se llena de música, con las bandas de sikus de los diferentes pueblos que acompañan el recorrido desde Punta Corral hasta la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, llevando en andas a la Virgen de Copacabana.

Tejidos, mantas, mercados

Los telares de la región son parte del paisaje. Mantas y ponchos de lana de oveja y llama, coloridos kullos, y un sinfín de artesanías, principalmente en tejidos, se pueden ver en todo el recorrido.

Volcán cuenta con un sencillo mercado rural en un antiguo galpón del ferrocarril, donde se exhiben trabajos en telar de los lugareños. En las plazas de Purmamarca, Tilcara y Humahuaca hay una nutrida oferta de todo lo que se produce en la zona.

Fuente: La Nacion

1 koment:

Melanie tha...

La verdad que Jujuy es toda hermosa, no es dificil encontrar 7 maravillas ni 20, porque los paisajes son espectaculares. Por lo que tengo entendido Tilcara es considerada la capital nacional de la arqueología por la cantidad de piezas de valor histórico que reúne en sus museos y sitios arqueológicos. Ese fue el lugar que mas me gustó. Me quedé en el hotel huacalera tilcara y eso hizo mejor mi estadía, me impresionaba cada paisaje que veia, estuvo bárbaro.
Saludos
Meli