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La Selección va por las semis ante Perú

e diel, 8 korrik 2007




Desde las 19.45, Argentina buscará ratificar su condición de favorita a ganar la Copa América frente al equipo conducido por Julio César Uribe. Basile no confirmó la formación aunque sería la misma de los dos primeros encuentros, excepto Crespo. Televisan Canal 13 y TyC Sports.


Ahora comienza la etapa definitoria en la Copa América. Porque hay clasificación o eliminación directa en los cuartos de final. Y por eso el partido de hoy, a las 18.45 (19.45 en la Argentina), frente a Perú, en el flamante estadio Metropolitano de Barquisimeto, tiene un significado diferente de los de la fase inicial. Y hasta las frases de los protagonistas guardan otro tono. Por ejemplo, Alfio Basile no dio la formación del equipo en la conferencia de prensa de ayer y hasta desató un compás de misterio al decir que "estaba estudiando algunas variantes ofensivas" y que esperaría "hasta su consulta con la almohada" para definirlo.

Sin embargo, todo pareció indicar que se trató de una maniobra de distracción y que salvo el reemplazo obligado de Crespo, lesionado, por Diego Milito, el equipo sería el mismo que comenzó en los dos primeros partidos. Se sabe que de todos los integrantes del plantel, sólo dos jugaron los tres encuentros completos: Abbondanzieri y Zanetti. Y que Cambiasso salió a los 20 de la segunda parte, en el choque contra Paraguay, tras haber estado ante Estados Unidos y Colombia. El resto de los titulares descansó en el juego ante Paraguay, aunque Messi y Mascherano jugaron los últimos 25 minutos, vitales para llegar a la victoria. Claro, el anuncio del entrenador sobre una eventual variante levantó una gran polvareda. Podía pensarse en el ingreso de Carlos Tevez (por Cambiasso) para reforzar aun más la vocación ofensiva del equipo. O de Pablo Aimar para que se transforme en un importante auxilio para Riquelme y sume vértigo a la llegada al área rival. Y hasta se pensó en que el propio Tevez podía ser el sustituto de Crespo, desplazando la candidatura de Diego Milito. Simples especulaciones. Sin embargo, conociendo a Basile, no es aconsejable creer que podría hacer cambios en la estructura ofensiva de un equipo exitoso y goleador. Pero el fútbol siempre da sorpresas. Y quizás cuando esta edición de Clarín esté en la calle, ya se sepa la nómina del cuadro que saltará a la cancha. Perú había arrancado este Copa con un gran impacto futbolero, tras la victoria por 3 a 0 frente a Uruguay. Pero el rendimiento fue decreciendo en la derrota ante Venezuela y en el empate salvador con Bolivia que valió su angustiosa clasificación con un gol de último momento. Julio César Uribe, el técnico, anunció el equipo con una formación de cinco defensores, tres volantes y dos delanteros exportados: Pizarro (ahora en el Chelsea) y Guerrero (Hamburgo), las piezas más importantes. Juega bien Perú, al viejo estilo de las selecciones técnicas y atildadas de otras etapas. No cobija los nombres rutilantes de antaño, pero Uribe recuperó la idea que había naufragado. La del toque y el buen tratamiento de la pelota. Sin embargo, no estará Farfan, un delantero de fuste, lesionado. Curiosamente, igual que en el encuentro de la Copa 2004 cuando eran locales y Argentina los derrotó con un gol de Carlitos Tevez. No habrá que confiarse, claro, aunque se proclame a los vientos que era preferible Perú que México para jugar en cuartos de final. Al cabo, de ganar Argentina tendrá que enfrentar en semifinales al vencedor de Paraguay y México. Nada esconderá el planteo de Argentina; juegue quien jugare, será con vocación ofensiva y con buen manejo del balón, orientado por el concepto abarcador de Román Riquelme, el estratega, y resuelto por las apariciones fantasmales de Lionel Messi, la estrella que crece día a día, partido a partido. Y tendrá Basile posibilidades claras de recambio para corregir cualquier contingencia desfavorable. Los peruanos saben que llegan en condición de puntos, pero confían en sus aptitudes, en el esquema de contraataque que ideó Uribe y en que la responsabilidad del favoritismo terminó condicionando a su adversario.

Fuente: Clarin

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