TRACTOR. Nani Corleto se lleva la pelota ante dos georgianos que no pueden pararlo. (AP)
Este vale doble
Fieles a su estilo, Los Pumas fueron para adelante todo el partido. Les costó en el primer tiempo ante un rival muy duro en lo físico, pero en el complemento consiguieron los cuatro tries (Borges –2–, Albacete y Martín Aramburu) que necesitaban para sumar el ansiado punto bonus. Ahora son punteros del Grupo D del Mundial de Rugby y viajarán a Marsella para cruzarse con Namibia, el sábado 22. Por Patricio Connolly, de la Redacción de Olé.com.ar pconnolly@claringlobal.com.ar Hubo que transpirar más de lo esperado hasta asegurar el codiciado punto bonus, ese que puede resultar decisivo ante un eventual triple empate con Francia e Irlanda. Por eso valió tanto el esfuerzo que hicieron Los Pumas desde el primer y hasta el último minuto del partido con Georgia. Por eso los cuatro tries marcados en el triunfo 33-3 en Lyon son tan importantes. El Mundial no da respiro. Los Pumas casi no tuvieron tiempo para festejar el histórico triunfo logrado sobre Francia en el partido inaugural y ya tenían que chocar con otro obstáculo: Georgia, un equipo que salió a la cancha sin miedo y acorraló a los argentinos contra su propio in goal en la primera jugada del partido. Los Pumas cometieron penal y, casi sin darse cuenta, quedaron 3-0 abajo ya que Kvirikashvili acertó a los palos. Faltaba fluidez en el juego argentino y los georgianos aprovechaban para trabar el trámite. En ataque, Georgia proponía un juego corto y seguro, bien pegado a las formaciones. ¿Los Pumas? Buscaban todo lo contrario: jugar rápido y con las manos, a partir de la liberación rápida que intentaba Nicolás Fernández Miranda. Sin embargo, Argentina no lograba desequilibrar ya que cometía muchas imprecisiones cuando tenía la pelota y apelaba a las infracciones cuando la posesión era para su rival. Los primeros puntos del equipo de Loffreda llegaron por un penal acertado por Felipe Contepomi (3-3), pero esa paridad en el marcador se mantuvo hasta pasada la mitad de la etapa inicial. Recién a partir de los 20 minutos Los Pumas empezaron a doblegar a la defensa de Georgia. Tenían el dominio territorial y avanzaban con los forwards, pero faltaba que los backs afinaran la puntería para llegar al try. Los primeros 40 minutos se cerraron 6-3 para Argentina, ya que Felipe Contepomi marcó con un penal a los 34 minutos. Fue un primer tiempo sin muchas luces para los nuestros. Parecía que el complemento iba a mostrar más de lo mismo, ya que Los Pumas seguían sin encontrar variantes. Recién a los 6 minutos se pudo vulnerar el in goal georgiano: Felipe Contepomi abrió la pelota hacia la derecha, Juan Fernández Lobbe apareció en soledad, tomó la espalda de su marcador y habilitó en el momento justo a Lucas Borges. El wing, que tres minutos antes había metido un tackle salvador, llegó a apoyar con comodidad para darle a los de Loffreda el primer try del partido. Había que tener paciencia y constancia en el ataque. Felipe Contepomi estiró diferencias con otro penal a los 13 (16-3), y dos minutos más tarde Juan Martín Hernández leyó con perfección la defensa rival y armó juego para que Borges volviera a aparecer por su sector y marcara un nuevo try. La victoria parecía asegurada (21-3). Había que ir a buscar el punto bonus/. Faltaban dos tries para lograrlo. El pack de forwards de Georgia ya no respondía como en el primer tiempo, pero los minutos seguían pasando y el bonus se hacía desear. Hasta que Felipe frotó la lámpara y quebró a la defensa rival, que cometió penal. Hernández la jugó rápido y la pelota derivó hacia Patricio Albacete –de gran tarea– y el segunda línea penetró en el in goal sin gran oposición. Los Pumas estaban arriba 26-3 y había 9 minutos para marcar el cuarto try. No había caso. Primero intentó el ingresado Senillosa y después Martín Aramburu, pero ambos quedaron a pocos metros de la conquista. El partido se apagaba y con él se iba la ilusión del punto bonus. En ese momento salió nuevamente a relucir el orgullo de este equipo. Sin mucho brillo pero con el coraje de siempre, Argentina fue para adelante con el alma y Federico Martín Aramburu encontró el hueco para el esperado try. Fue justo a un minuto del final, como salido del guión de una película. Convirtió Hernández –Felipe Contepomi ya había abandonado el campo– y le puso cifras definitivas a la victoria albiceleste: 33-3. Ahora será tiempo de aprovechar los 11 días de descanso que habrá hasta el choque con Namibia. Con dos partidos jugados en este Mundial, el saldo es inmejorable.
Fuente: Ole
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