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Alójate, Sultán, alójate

El auge del turismo no se detiene. Ahora, los grandes hoteles abren sus puertas a las mascotas.

Las mascotas ocupan, en muchos casos, un lugar privilegiado en la familia: son un integrante más. Por eso, es muy común que los dueños de estos animales quieran llevarlos con ellos a todos lados. Y eso incluye las vacaciones. Para facilitar esos viajes hay hoteles en todo el mundo que se suman a la categoría pets friendly, es decir: "mascotas bienvenidas".

"Atención: perro de vacaciones. No molestar". El cartel cuelga en la puerta de una de las 501 habitaciones que tiene el Hyatt Regency Bonaventura que está en la Florida. A nadie le asombra el pedido, muy por el contrario, la advertencia se respeta a rajatablas. "Desde hace unos meses implementamos el programa "pets can stay" (las mascotas pueden quedarse) como respuesta a una tendencia que evidentemente va en aumento", explica Richar Elliott, Executive Assistant Manager (Rooms del hotel.

Los datos de esta modalidad se ven reflejados en un estudio que realizó el Travel Industry Association of America en Estados Unidos. Según ese análisis el 14 por ciento de los adultos han viajado con sus mascotas en los últimos tres años. "Muchos tienden a ver a los animalitos como uno más de la familia, por eso nos adaptamos a esta necesidad", explican.

Compartir la habitación con los animalitos tiene un adicional de US$ 50 por visita. Sólo se aceptan gatos, perros y pájaros, nada de reptiles u otras extravagancias. Al registrarse en el hotel, los pequeños huéspedes reciben una plaqueta de identificación temporaria con la información de contacto por las dudas de que se pierdan durante la estadía. A los dueños se les entrega información de las rutas de los jardines del hotel por donde podrán salir a pasear con sus mascotas y bolsitas para la limpieza durante las caminatas. Pero eso no es todo. Durante lo que dure la estadía, se incluye servicio nocturno a la habitación con un bocadito de sabor y comida seca o enlatada.

En los pasillos del porteño Plaza San Martín Suites todo el personal recuerda entre risas el día que una de las encargadas del servicio de habitación entró a una suite y observó atónita cómo se movían, muy lentamente, las cortinas. Desconociendo que había una pequeña mascota hospedada, se asustó tanto que fue a buscar a la supervisora y entre las dos descubrieron que el "sobrenatural efecto" obedecía al pacífico andar de una tortuga.

Desde hace más de cuatro años este hotel permite que los huéspedes se alojen con sus mascotas en todas las habitaciones de categoría superior que son las más amplias (tienen entre dos y cuatro ambientes). "Esta filosofía nació como un requerimiento de los mismos turistas. Nos caracterizamos por ser un hotel en el que los visitantes pasan estadías muy prolongadas y muchos prefieren venir con sus mascotas", cuenta Juan Manuel Puente, responsable de relaciones públicas del Plaza San Martín Suites.

Aunque el hotel no cuenta con servicios especiales para los animales, en la recepción se orienta a los dueños que así lo requieran sobre posibles paseos, peluquerías y veterinarias. El costo por hospedarse con las mascotas es de $ 95 y el único recaudo que se les pide a los visitantes es que los saquen a pasear durante la mañana temprano o la noche que es cuando hay menos movimiento de gente en los pasillos. "Estamos muy atentos a cómo reaccionan los huéspedes que no tienen mascotas pero hasta ahora no hemos tenido quejas. La idea es que este servicio sea útil para los pasajeros y que no se convierta en un problema", explican en el hotel, donde aseguran que han recibido hasta dos perros en una misma habitación.

En casi todo el mundo hay hoteles que se suman a la movida de aceptar mascotas. Por ejemplo en Estambul está el Swissotel The Bosphorus Istanbul que permite a sus huéspedes registrarse acompañados de sus mascotas. Los animales pueden pasear y disfrutar los amplios jardines que alguna vez pertenecieron al Palacio Dolmabahce, que fuera la última residencia de los sultanes otomanos. Otra opción es el Lloyd Hotel de Amsterdam, Holanda. Allí también son bienvenidos los animales domésticos.

Fuente: Clarin